20070626

Hatruka

Estoy descubriendo que mis denostados "días de..." son un filón inagotable de ideas para el Blog y, haciendo honor a ello hoy escribiré acerca del tema del día de hoy, que no es otro que la droga.
El diccionario de la RAE define la palabra procedente del árabe*1, con dos acepciones : 1. f. Sustancia mineral, vegetal o animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes. 2. f. Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.
El propio diccionario distingue ya entre dos tipos según su nivel de adicción: drogas "blandas" y drogas "duras" y aquí empieza ya el problema... ¿como podemos llegar a evaluar el nivel de dependencia que va a crear en una persona determinada sustancia? Está claro que existen baremos para el uso de sustancias medicamentosas, así se refleja en el incremento en gramos de la cantidad para adultos, p.e.), pero también es cierto que a todos nos afectan de manera desigual y, por lógica, las drogas también lo harán.
Ahora me voy a permitir ampliar la definición, al que suscribe le resulta mas completa la siguiente: Droga es cualquier sustancia que en pequeñas cantidades produce cambios significativos en el cuerpo o en la mente. Ahí se diluye ya el concepto de droga y se entremezcla con los de medicamento, veneno e incluso alimento entrando ahora en juego factores religiosos, morales y culturales los cuales no hacen si no complicar aun más la definición.
Aunque definir que es droga, sea complicado, no lo es tanto ver los efectos que produce.
Creo que todos habremos visto a personas en algún rincón de nuestras ciudades con la mirada perdida, hablando solas, demacradas, sucias, pidiendo dinero con la voz nasalizada y la sonrisa destruida por la falta de piezas dentales. Estas son una parte de las consecuencias, las físicas, las que más se ven y producen cierta repulsión; las otra son las vidas desperdiciadas, las familias destrozadas, el ostracismo social...en definitiva en las que se piensa menos y lo que producen es pena.
Todo adolescente (o por lo menos el 99,9%) va a a querer probar alguna sustancia durante esta parte de su vida, animado sin duda a experimentar esos cambios de conciencia que puede llegar a producir y lo malo es que quizá lo hará desestimando, asumiendo o desconociendo los peligros inherentes al uso de dichas sustancias. Rara vez los responsables de la educación del adolescente se preocupan de estas cuestiones hasta que ya son un problema difícil de solucionar o sin solución; y ellos mismos pueden ser totalmente ajenos al tema por determinados motivos, pero deben ser conscientes de que el riesgo está ahí y aunque con ciertos adolescentes, la comunicación sea un tarea muy difícil, no por ello debe dejar de intentarse.
La educación debe ser la piedra angular de toda persona y es por ello que debemos estar bien informados en una cuestión tan importante como esta, y creo que el principio del fin del problema de la droga es que seamos capaces de no considerar este tema tabú y poder hablar con nuestros hijos o alumnos de él sin "demonizarlo", enfocándolo desde la perspectiva de la transmisión de conocimientos acerca de las sustancias, su composición, sus efectos y poniendo especial énfasis en los riesgos de caer en una más que probable adicción con todas sus graves consecuencias; pero sin represión ni prohibición, y en la medida de lo posible, exponiendo el tema de forma que logre su atención.
Existen además otras consideraciones a tener en cuenta al tratar de erradicar todo lo que conlleva la adicción a la droga desde otras perspectivas como, por ejemplo, las minorías desfavorecidas o el narcotráfico; éstas son cuestiones mucho más complejas de abordar y que trataré de diseccionar en otros "días de..."
*1 De ahí el título de la entrada

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hachiiiiiiiis,
cocaina marihuana elesedé,
una línea de caballo y ponte bién.